Un sitio web reclama la independencia de los estados de Araucania y Patagonia, en tanto que los indios mapuches (araucanos) nativos nombraran oportunamente en 1860 a un abogado francés- de Tounens- como su rey. Esta afirmación suena interesada y e incluso inverosímil si consideramos la larga historia de resistencia violenta de los mapuches frente a cualquier tipo de dominación, ya sea incaica, española o chilena.
Desde que el rey Orélie-Antoine I fue exiliado a París por el gobierno chileno, no tuvo escrúpulos en llamar a su territorio la Nouvelle France (la Nueva Francia), para así obtener algún apoyo en su causa entre sus compatriotas colonialistas.
De seguro que los mapuches hubieran rechazado una dominación francesa de la misma manera en que lo hicieron con la supremacía chilena. Sólo que en aquel momento la primera resultaba menos verosímil que la segunda, que es lo que debieran haber pensado los mapuches, si es que la coronación de un francés fue idea de ellos.
El reino de Araucania-Patagonia fue proclamado el día 17 de Noviembre de 1860 con soberanía sobre los territorios al sur del Río Biobio, en Chile. Cuatro días después, el nuevo rey extendió su soberanía por sobre todo el territorio al sur del Río Negro en Argentina, hasta el estrecho de Magallanes.
El monarca estableció la capital en la ciudad de Perquenco, donde fuera perseguido por una expedición militar chilena que eventualmente desembocaría en la pacificación, ocupación y adhesión de Araucania al territorio chileno.
Luego de su expulsión en 1862, el rey organizó tres infructuosas expediciones para reclamar su trono, y murió en Francia en 1878. Desde entonces, el reino fue una quimera geopolítica. Por unos segundos, en 1984, el reino recupero forma física, mientras un hombre llamado Jean Raspail, flameó la bandera real de Araucania-Patagonia en Les Miquiers- islas al sur de Inglaterra-, mientras proclamaba que su verdadero nombre era el de “Patagonia Septentrional”.
Si bien Araucania-Patagonia nunca fue reconocida por ninguna otra nación, la familia real nunca desistió de reclamar el trono, y hasta el día de hoy hay un pretendiente al trono, el Príncipe Felipe de Araucania. Las chances de que exista una versión sureña de Québec son relamente muy bajas. Su alteza real, por su parte, parece estar muy involucrado en la defensa de los derechos culturales de los indios mapuches, quienes suman cerca de un millón de habitantes entre Argentina y Chile.
Links: http://www.araucania.org/ http://strangemaps.wordpress.com/
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