domingo, 6 de abril de 2008

Cartas desde el frente

Correo de uno de nuestros lectores:
"Hola!
Hace poco leí tu comentario sobre la situación y pensé que nadie mejor que el autor, alguien que estudia Economía, para explicarme a grandes rasgos una serie de puntos interesantes:
Me pareció en gran medida acertada la visión tuya del contexto de este problema sectorial desatado los últimos días. Sin embargo no comprendo temas como el programa contra cíclico y cómo lograr liberar el dólar sin que impacte negativamente en la competitividad internacional de Argentina. Tampoco sé muy bien las implicancias del gasto público, más bien dicho, qué se entiende por gasto público. Por otro lado, me gustaría saber a qué actividades te referís en cuanto "que seamos realmente eficientes". Esto viene a que siempre fui de la idea que un país debe apuntar a diversificarse y no concentrarse en un sustento particular de su economía ya que los valores de los productos y servicios están en constante cambio.
Desde ya te agradezco (...) cualquier aclaración que me puedas brindar sobre esto, pasa que si uno no entiende, raramente puede dar una opinión válida y cambiar las cosas."

RESPUESTA de Alejandro Del Bosco:
Hola!
Bueno, me parecen oportunas tus preguntas, pero vamos ir de a poco.
Primero, mi planteo es el de migrar lentamente hacia la liberación de la economía, de manera tal de poder adaptarse y además asignar apropiadamente los recursos (de la manera más eficiente, que sólo el sistema de precios sin distorsiones puede lograr). No se trata de concentrarse en la producción de un solo bien o servicio, sino de alentar el crecimiento de aquellos en los que tenemos ventajas reales.
El valor del peso sostenido puede haber ayudado, pero ya es hora de utilizar esas ventajas creadas para formar un modelo sostenible en el largo plazo. Es evidente que un peso sostenido no se puede mantener al largo plazo.
Además el tipo de cambio nominal no es de ninguna forma un factor de competitividad. Y para hacerte la comprensión de esto más fácil, fíjate qué pasa en los demás países de América Latina (donde en todas las economías, salvo la de Ecuador (dolarizada), se interviene en mayor o menor medida el TC): Brasil esta encaminada y pronosticada como una de las grandes potencias de este siglo (eso es indudable), supo aprovechar muy bien las oportunidades para insertarse en el mundo y crecer (mientras tanto nosotros nos aislamos del mundo: incumpliendo las promesas de exportación, castigando las inversiones extranjeras, etc.). Uruguay cuadruplico sus cabezas de ganado (obviamente tiene más vacas que Argentina) y exporta muchas más carne que Argentina[1]. Chile, la economía más liberal de AL tiene varios Tratados de Libre Comercio[2], lo que le ayuda a posicionarse estratégicamente en el mundo, asegurándose mercados (y exportaciones) a pesar de su valuado peso[3]. Perú, otro país de tendencia liberal, esta experimentando un crecimiento fenomenal alentado por las increíbles inversiones extranjeras que se están haciendo en el mercado interno.
No es de extrañar que mientras nosotros hacemos populismo y seguimos con las ideas de hace 30 o 70 años atrás, otros países (como estos) intenten crear modelos de crecimiento proyectados al largo plazo y obviamente quedemos atrás de todos ellos.
Un plan contra-cíclico, es básicamente guardar o invertir el excedente del fiscal (es decir no gastarlo) en planes que quizás hoy no tengan resultados tangibles, pero se proyecten en el tiempo para amortiguar los ciclos de la economía mundial.
El gasto público es aquel que hace el gobierno. Debe de servir para proporcionar a los ciudadanos de ciertos bienes públicos que resultan importantes para ellos y a los que de otra manera no tendrían acceso (principalmente porque el sector privado no tiene interés de suministrarlos, en las condiciones requeridas).
Lo importante es que estos gastos se pagan, en la actualidad, con la recaudación fiscal o de endeudamientos, y deben de usarse con responsabilidad. Deben de seguirse criterios de eficiencia y maximización del beneficio general que permitan identificar a aquellos más importantes y necesarios. Además debe de contemplarse cuál es el nivel del Estado (gobierno nacional, provincial, municipal) que debe de hacer el gasto de forma tal que resulte más eficiente. El problema en Argentina es que el gasto público no esta debidamente controlado, por lo tanto se utiliza como caja de poder: cuánto más presupuesto se controla, más poder se tiene. Eso es parte de la eterna puja entre el presidente y los gobernadores provinciales, donde el poder ejecutivo reparte los impuestos no coparticipables de acuerdo a su discreción. Además en la Argentina se confunden los gastos del Estado, con los gastos partidarios.
Milton Friedman hace unos comentarios muy pertinentes en uno de sus libros:
"La libertad económica es un requisito esencial de la libertad política. Al permitir que las personas cooperen entre sí sin la coacción de un centro decisorio, la libertad económica reduce el área sobre la que se ejerce el poder político. Además, al descentralizar el poder económico el sistema de mercado compensa cualquier concentración de poder político que pudiera producirse.”
“En toda sociedad, por organizada que esté, la distribución de la renta siempre produce descontento. (...) (Pero) en un sistema basado en las órdenes: la envidia y la insatisfacción apuntan a los gobernantes. En un sistema de mercado libre: apuntan al mercado.”
La única alternativa al sistema de precios, es el sistema de órdenes: alguna autoridad debe decidir qué, cómo y cuánto producir. Y tal sistema nunca ha logrado ser llevado acabo en plenitud, sin alguna intervención de los precios."
Notas al pie:
[1] Uruguay respeta los precios internacionales para la carne y subsidia los cortes populares para el consumo interno. En mi opinión Argentina debería hacer un acuerdo con los ganaderos y proponerles que mantengan los cortes populares para el mercado interno en los precios actuales y los demás cortes de exportación se rijan por los valores internacionales.
[2] Chile ha firmado este tipo de acuerdos con: EEUU, Canadá, la Unión Europea, EFTA, Corea del Sur, Japón, América Central y México. Fue el primero en firmar un TLC de bienes con China (2005) y se encuentra trabajando en Beijing para extender el alcance a servicios e inversiones. Esta en busca de acuerdos con: Australia, Tailandia, India, Malasia, Colombia y Vietnam, y recientemente a terminado los estudios preliminares con Turquía.
Esta en tratativas con Brunei, Nueva Zelanda y Singapur; en período de implementación con Panamá.
Además tiene tratados bilaterales de complementación económica con Bolivia, Perú, Venezuela, Argentina, Ecuador, Colombia y el Mercosur, y un acuerdo parcial con Cuba.
[3] Chile exporta más vino que Argentina.

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